DS:Como la gente piensa en las cosas, y no las cosas sobre las que piensa.


Dinámica Espiral(DS) es un modelo que permite identificar los cambios,transformaciones y las diversas modalidades del desarrollo en personas, grupos, organizaciones y sociedades; considerando sus sistemas de creencias y valores, analizando y comprendiendo su cultura, sus modos de organizarse (ya sea a nivel administrativo, comercial, político o económico, según sus diferentes perspectivas).

Para abordar las problemáticas organizacionales y socioculturales es necesario adquirir una visión más compleja, para lograr mayor efectividad, implementando soluciones sustentables a largo plazo. De igual manera, es vital desarrollar visiones integrales para reconstruir o promover valores culturales en contexto, según los distintos modos de vida de las personas, grupos y sociedades para desarrollar un entramado sociocultural que pueda soportar los cambios y transformaciones implicados en cualquier proyecto social, empresarial o personal.

A través del uso del modelo, se va adquiriendo un criterio más complejo, posibilitando la gestión del caos y los avatares del cambio, identificando los "atractores" para operar sobre las situaciones que acontecen en la dinámica organizacional y sociocultural.


La Psicología Positiva se centra en aprovechar y potenciar el lado positivo del ser humano, facilitándole el camino hacia la felicidad a través del desarrollo de habilidades como el optimismo, la creatividad y la persistencia.

De esta manera promovemos que los integrantes de la organización recuperen o vean con más claridad el sentido de la vida, alcancen elevados niveles de satisfacción y se transformen en personas proactivas y preparadas para los constantes cambios que viven las empresas de hoy.

Una persona feliz, es una persona que participa mejor en los equipos de trabajo y responde de manera más eficiente a la misión de su empresa

sábado, 11 de septiembre de 2010

El IQ (Coeficiente intelectual) hace que te contraten, pero es el EQ (Coeficiente Emocional) el que hace que te promuevan.

A pesar de que parece existir una gran preocupación en las empresas, por incorporar los conceptos de gestión del talento, apuesta por las personas, inteligencia emocional, desarrollo de carrera; finalmente vemos que se contrata principalmente por lo que las personas saben (formación académica o experiencia) y despiden por lo que las personas son (falta de adaptación al cambio, falta de motivación, falta de actitud positiva).
La Actitud, es otro tema, se considera de suma importancia sin embargo no se mide la actitud al contratar a la persona, sino las aptitudes. Se produce una situación confusa, ya que la gente se esmera muchísimo en desarrollar sus aptitudes para lograr su acceso al mercado laboral o progresar en él, y cuando logran entrar, se les exige algo distinto, actitud. De esta forma se cumple la famosa frase de que el IQ (Coeficiente intelectual) hace que te contraten, pero es el EQ (Coeficiente Emocional) el que hace que te promuevan.

Esto nos conduce a una  gestión de los recursos humanos ineficiente, pues tanto la selección de personal, como la formación en aptitudes, son tiempo y dinero que las empresas destinan para incorporar y desarrollar a las personas, y al no tomar en cuenta el Capital Psicológico,  invierten recursos en personas que no aportan a la empresa, o que no generan el rendimiento óptimo. En el presente siglo la sustentabilidad de una organización requerirá que apuesten por estrategias de desarrollo de recursos humanos, creando una estructura social que permita desarrollar el potencial y talento de las personas, logrando extraer lo mejor de cada uno y aunarlo para generar innovación, valor agregado, conocimiento compartido y transferible, incremento del rendimiento, aumento de la competitividad.
Lo importante entonces, es invertir en las personas, en su dimensión social, intelectual y emocional, buscando su autorrealización y  bienestar en todas las áreas de su desarrollo. De esta forma conseguiremos personas fuertemente vinculados y comprometidos con su trabajo y con la organización y cuyo rendimiento excederá  lo que habitualmente se les exige. Cuando realmente todas las personas que forman parte de una organización se aúnan, se alinean y se comprometen con sus valores, su visión y su misión, podemos hablar de una empresa con personalidad e identidad propia.




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